Como viene siendo habitual en estos tiempos, seguimos con visitas que no nos “pillan” demasiado lejos de casa, en este caso desde Euskadi.
De mi pasión por Francia, poco más puedo añadir que no sepáis; la suerte de mi vida, es que desde Bilbao, estamos a una hora de la frontera, lo que quiere decir que en 90 minutos, te plantas en Biarritz, Bayonne y Anglet o, el llamado trío de la Bermudas vasco – francés.
Tanto Biarritz como Bayonne, son ciudades que visito habitualmente y que cada vez, me gustan más; mejor dicho, las exprimo al máximo y eso es lo que me satisface. Al final, vas conociendo más historias, más gente, más lugares encantadores y sobre todo, aprendes a disfrutar de un ambiente único. Centrándome en Bayonne. está claro que la ciudad lo tiene todo. Sólo tienes que venir dispuesto a dejarte llevar, para ser un Bon Vivant!!

COMO LLEGAR
Desde el País Vasco es sencillo puesto que cruzar la frontera desde Irún, no tiene mayor problema; solo tienes que preocuparte si viajas un lunes por la mañana o un viernes porque entonces, sí amigo, el tráfico de camiones es increíble y molesto. El motivo es que por Euskadi, los fines de semana no pueden circular grandes transportes, así que esos días, hay avalancha. Si esto lo tienes en cuenta, todo va mucho mejor.
A Bayonne, puedes llegar en 20 minutos por la autopista A-63 o bien ir por la carretera nacional. Ambas están “completas” de radares, así que procura no excederte ni 5 kilómetros por encima de lo permitido porque te llega la “receta” a tu casa. A mí me gusta más ir por la nacional, sobre todo a la vuelta porque dirección Hendaye, vas por la carretera de La Corniche y tienes unas vistas preciosas de la costa.
Para conocer Bayonne, lo mejor es “desmenuzarla” en dos partes: la “grand” y la “petit” Bayonne. Vamos allá…
GRAND BAYONNE
Una vez allí, lo importante es dejarse llevar. Adentráte hacia la zona de la catedral, dónde además de disfrutar de la misma (absolutamente bella y por ello, Patrimonio de la Unesco), no te pierdas el claustro anexo. Dentro de la Catedral, el “Arbol de Jessé” en el ábside de la misma, te dejará sin palabras. En realidad, todas las altas y coloridas vidrieras del ábside son de los mismos autores: Pablo Touzier y Edmundo Socard.
En cuanto al Claustro, es uno de las más vastos de Francia y verás en algunos tramos, losas y panteones funerarios anexas a los muros, lo que pone de manifiesto que acoge el antiguo cementerio. Data de los siglos XIII – XIV y es de estilo gótico. Fue lugar de reunión de comerciantes, gobernantes y público en general. En definitiva, era lugar de reunión de las gentes del lugar y dónde se discutían, además de en las tabernas, las grandes cosas del día a día.
En esta zona, están las calles con los edificios más antiguos de la Grand Bayonne (Rue des Faures y Rue Rempart) y también, llegas a la antigua fábrica de makilas, junto a la torre medieval que se conserva en perfecto estado: La Tour Vieille – Boucherie. La torre formaba parte del antiguo sistema defensivo romano, pudiendo observar el ancho muro de piedra. La zona de construcción romana de la ciudad, está ubicada en la zona alta y es un imprescindible si visitas Bayonne.
Siguiendo por la rue Lautec, llegas a otra de las grandes edificaciones romanas que siguen en pie: la Porte d’Espagne. Fue una de las únicas puertas abiertas durante décadas a la ciudad amurallada y se puede observar el modo de construcción romano; eso sí, ha sido objeto de reforma y por tanto, no guarda el encanto de la Tour Vieille.
♠ Para los amantes de las compras, la rue D’Espagne es una auténtico paraíso y te devuelve de nuevo a la zona de la Catedral. Además, si tienes algo de hambre o simplemente quieres darte un capricho, no dudes en parar el la créperie A La Bolée. Sus creaciones dulces y saladas, son una auténtica delicia.
Una vez aquí y disfrutando de las calles llenas de tiendas, te sugiero llegar a Les Halles, la zona del mercado. Si hay una cosa que me gusta y mucho, es entrar en los mercados de las ciudades. Éste, sin duda es una delicia: quesos, jamón de Bayonne, foie, pato,… Además, tienes varios cafés – restaurantes que te sirven tapas variadas con producto de primera calidad.
♠ Si eres chocolatero, no puedes marcharte sin pasar por Pariés, en la rue Gambetta, 9. Maestros artesanos desde el S. XIX que tienen unos chocolates excepcionales.
PETIT BAYONNE
Desde la Grand Bayonne, pasa por el Pont Pannecou para disfrutar La Maison Moulis, camino a la Petit Bayonne; de estilo renacentista, se conserva muy bien y su fachada no pasa desapercibida. Ventanales que datan del S. XVI y paneles de madera esculpida en un color fetiche: grana. Una obra maestra de la época que desmerece un poco por las remodelaciones que se hicieron en el S. XIX. Aún así, disfrútala como merece.
La Petit Bayonne guarda historias increíbles puesto que ha sido refugio de extraperlistas, marineros y personas que huían de las grandes guerras, con el fin de dejar de ser perseguidos e iniciar una nueva vida. Amalgama de culturas, el Etcheto, regentado por el gran Louis Etcheto hasta hace bien poco, dio cobijo en sus habitaciones y en sus comedores, a cientos de personas de muy variada condición, contrabandistas incluidos. Nadie se perdía una jornada de partida, una cerveza, un vino o una comida en el Etcheto. Nadie.
Contaba el gran Louis, que los marinos y estraperlistas que acababan de sacar un dinero por sus trabajos, los jueves lo fundían en el Trinquet Saint André, donde se jugaba a pelota desde el S. XVII; y por supuesto, se apostaba. El Trinquet, se modificó en el S. XIX para dar cabida al juego de pelota vasca.
♠ Llegados a este punto y a esta hora, nosotros, decidimos parar a comer algo en el Moka, justo ubicado frente a la Iglesia de Saint André y el campus universitario de La Nivé. Es un local son mucha solera, frecuentado principalmente por locales, lo que para mí, es un plus.
Tras comer, nos acercamos al Castillo Nuevo (Place Paul Bert), construido por Jorge I de Inglaterra, siguiendo el mismo patrón arquitectónico del Castillo de Caernarfon, en Wales. Actualmente, forma parte del campus universitario y también acoge oficinas de administración del Museo Vasco. No se puede visitar en su interior.
♠ Si te gusta la miel, no te pierdas Loreztia Boutik (52, quai des Corsaries). Es una actividad gratuita y podrás conocer todo el proceso, así como a las protagonistas. Además, tienen a la venta producto que puedes catar: miel, polen,jalea real,…
De esta manera dulce y tras pasear por la orilla de La Nivé y del Adour, terminamos una visita que siempre me deja con ganas de más. No olvides que en ambas orillas, tienen una gran cantidad de terrazas, con una iluminación preciosa por las noches y perfectas para comer o tomar un vino. Disfruten.
Happy Blogging! Happy Travels!
Etiquetas: bayonne, francia, país vasco francés, visit bayona
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